Foto: Jonathan Segade
Juan José Padilla is a Spanish bullfighter. He became a matador de toros, 'killer of (full-grown) bulls', in the town of his birth, Jerez de la Frontera, on June 18, 1994 when he was 21 years old. He was known as the 'Cyclone of Jerez'. On October 7, 2011 he was gored by a bull in Zaragoza, almost dying from his injuries. From a single horn wound through his skull, he suffered multiple fractures to both jaw and skull, facial paralysis, loss of hearing in his right ear and of sight in his left eye. Five months later in March 2012, he returned to the bullring with an eyepatch - gaining the nickname 'The Pirate' – in Olivenza. I recently came across Padilla’s story and found it so amazing that I must learn from his incredible optimistic attitude in every circumstance and share! Can you read in Spanish? If not I will highlight the lessons to take home:
Cuando el toro Marqués cogió a Juan José Padilla en la Feria de Zaragoza de 2011, la muerte se asomó a la plaza y todos contuvimos la respiración. El espada gaditano se salvó de milagro, pero perdió el ojo izquierdo, tiene la mandíbula desencajada y un zumbido constante en el oído. "Sin embargo, ahora veo más que cuando tenía los dos ojos. Porque Dios es el ojo que me falta", confiesa el maestro, que aún hoy, y a pesar de haber logrado la Puerta del Príncipe en la Feria de Abril, se siente incómodo con el apelativo. Esa tarde, mientras salía a hombros de la Maestranza, se volvió a los aficionados y les gritó: "¡Luchad por vuestros sueños, que los sueños se cumplen!". "En el culmen de mi carrera, he logrado lo que todo diestro ansía. Sólo Dios sabe cuándo envía los regalos...". La fe es una constante para aquellos héroes que en su lance diario miran cara a cara a la muerte, pero Padilla ("ni Juan, ni Juan José, ni Juanjo, aunque mis hijos me llaman Pato") lleva la capilla a cuestas. Literalmente. Cuando se abre la camisa asoma un racimo de crucifijos y medallas que golpean un pecho hendido por las astas de más de mil tardes en el ruedo. "San Martín de Porres, la Virgen del Rocío, Nuestro Padre y Señor de las Penas y, lógicamente, la Virgen del Pilar me acompañan siempre". En Zaragoza se postró a porta gaiola ante la Virgen que obró el milagro aquella fatídica tarde de octubre: "El toro me había seccionado la carótida, y me asfixiaba. Sólo pensaba en mis hijos. Y en si podría volver a torear. Pero ahí arriba no me querían aún, y San Pedro me mandó de vuelta... Cuando desperté en el hospital, fue la sonrisa de mi mujer lo primero que vi. ¿Cómo no voy a estar agradecido? El sufrimiento es parte de la gloria". Su hijo Martín es más reticente a verle hacer Verónicas, pero la mayor, Paloma, es habitual en los corrillos taurinos. "Es ella quien me ha prohibido afeitarme las patillas y quien más me animó a luchar para volver a torear". Y antes de cinco meses regresaba a la plaza. En Pamplona toda la afición vestía un parche y ondeaba banderas negras, "quizá el momento más emotivo de mi carrera". Como reza el poema Fuerza Padilla, que se convirtió en eslogan de apoyo al matador: "Al nacer, Dios te forjó torero, te bañó en la fuente del arte, en la derrota, coraza de acero, te dio fuerza para ser triunfante. Te dio simpatía para la gente y naturalidad por doquier, te brindó claridad en la mente y nació el Ciclón de Jerez". Y olé.
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ABOUT MEMy name is T. S. Coelho and I live in Lisbon, Portugal, with my husband and three kids. I work in the asset management industry, managing an equities fund. Archives
January 2021
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